¿Estás estresada?














¿Volviste a tu rutina diaria y te encontras estresada? ¿Sufrís ataques de pánico? ¿Desearías poder relajarte más?

Si te cuesta relajarte, aprender a respirar profundamente puede calmar tu mente y disminuir la ansiedad. ¿Lo has puesto ya en práctica? Es importante. Ésto es algo que vengo aprendiendo y practico seguido en mis clases de pilates: inspirá, infla el estómago; expira, desinflá el estómago.

El estrés crónico puede provocar que nuestra respiración sea superficial, poco profunda de forma habitual. Pero si te concentrás en respirar más despacio y de forma controlada, haciendo que cada respiración sea más larga y profunda, podes nutrir cada célula de tu cuerpo con oxígeno extra. Además, e insisto, respirar de forma profunda y controlada fomenta la relajación.

Para practicar, sentate o mejor tumbate boca arriba. Inspirá profunda y lentamente a través de la nariz durante 6 segundos. Asegurate de que respiras a través del estómago, colocando las manos sobre tu ombligo y sintiendo como se mueven hacia arriba y hacia abajo conforme el aire entra y sale. Expirá a través de la boca durante 8 segundos.
Repetí 5 veces varias veces al día.

Si lo realizás de forma habitual:

- Incrementarás la cantidad de oxigeno que llega a las células.
- Si sufrís de asma, te verás beneficiada al reducir las respiraciones entrecortadas de esta condición.
- Liberarás endorfinas a tu sistema, lo que te hará sentirte relajada y de buen humor.
- Ayudarás a reducir la presión arterial.
- Reducirás el estrés y la ansiedad.

Ponelo en práctica!

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