A puro brochazo















El colorete tiene multiples posibilidades, es un paso que parece insignificante pero que puede transformarte en pocos minutos…

Como una muñeca

Con el colorete rosa y en forma redondeada en el centro de las mejillas, bien difuminado. Es ideal durante el día y si queres un toque más chic, utilizá un tono rosa chicle.

Mejillas tostadas

Con tonos melocotones, tostados, arenas... Hay que aplicarlo en las zonas prominentes del rostro, como si de un toque de sol se tratase. Es perfecto tanto de día como de noche y favorece muchísimo.

Pómulos marcados

Al más puro estilo de los 80, en tonos fresa, burdó y teja. Aplícalo siguiendo la línea del pómulo hasta la sien y difumina muy bien para que el efecto sea más natural. Esta opción es mejor para la noche porque resalta los ángulos del rostro.

Y sólo queda elegir la textura del producto, en crema o en polvo. En el primer caso se puede aplicar con los dedos o con una esponjita, mientras que en el segundo lo ideal es aplicarlo con una brocha. Mi favorita: la brocha biselada.

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