Acabas de llegar a casa. Fué un día horrible, largo y lo único que queres es tirarte en el sofá, ver la tele y olvidarte de todo lo demás. Lo último que se te pasaría por la mente es preparar tu mochila e ir al gimnasio a cansarte aun más…Es común, a mi también me pasa.
Tomate 5 minutos para cargar las pilas y ¡levantate ya de la silla!
Pensar que te gustaría ponerte en forma no te ayudará. Hay que ponerse manos a la obra.
Consejos para darte ese empujoncito de motivación que necesitas:
- Pensá en los efectos y beneficios. Pensá en lo bien que te sentirás tras quemar calorías y adrenalina. Vas a terminar relajada, contenta y orgullosa de vos misma. Además, imaginá lo guapa que estarás si mantenes tus buenos hábitos durante unos meses.
- Ponete tu ropa deportiva enseguida. En cuanto llegues a casa, cambiate y prepará tu mochila. No te lleva más que unos minutos y estarás lista y de camino al gimnasio.
- Hacé un seguimiento de tus progresos. Mantene una agenda para anotar qué haces y que progresos vas notando en tu salud, estado de ánimo y físico. Saber que estás mejorando siempre te ayuda a seguir adelante.
- Cambiá tu rutina. Si verdaderamente hoy no te dan ganas de hacer lo mismo de siempre, cambiá. Quizás te gustaria más salir a correr, ir a una clase de artes marciales o tener tu propia entrenadora personal. O, por lo menos, salí a caminar durante unos 15 minutos y hacé tres o cuatro series de 10 de sentadillas para fortalecer tus piernas. Las opciones son muchas!
No te olvides, la clave está en mantenerse activa.
Hoy no tengo ganas de ir al gimnasio
Etiquetas:
Bienestar
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